Un día uno de los criminales más
buscados del mundo se presenta en la sede del FBI, se entrega sin
oponer resistencia y te dice que puede poner en bandeja a los mayores
criminales del mundo, a los que en su mayoría ni sabes que existen.
Así comienza the blacklist, estrenada
el 23 de septiembre de 2013 por la cadena NBC y creada por Jon
Bokenkamp, nos presenta un procedimental bastante standar, un grupo
del gobierno más o menos definido que se dedican a detener al
villano de la semana, nada nuevo, aunque muy entretenido.
Aunque Megan Boone se presuma como
protagonista, y no lo hace mal, le falta personalidad y fuerza a su
personaje, imaginarme una Olivia Wilde ( house ) o una Anna Torv (
Fringe ) en su papel y lloro por lo que pudo ser, lo que de verdad da
un salto de calidad a la serie es James Spader, el eje de la
historia, de manos de su personaje Raymond Reddington introduce la
figura del supervillano en las series de televisión, si bien abundan
los villanos en las series que se convierten en los ejes de muchas
ficciones a causa en bastantes ocasiones de protagonistas sosos y
faltos de carisma, Spader da un paso más, el no es un mafioso de
tres al cuarto, el es una figura de cómic, es un Lex Luthor o quizá
seria mejor decir un Kingpin, dudo mucho que esa imagen siempre
perfecto de traje y la cabeza afeitada sea casual.
Cada aparición suya es un detalle que
recordar, es muy divertido como se muestra ayudando al FBI mientras
sigue con su negocios a cual más sucio, porque no es un camino de
redención este, no esta expiando sus pecados auxiliando a los
buenos, y desde luego no se arrepiente de ellos, tiene una agenda
oculta su blacklist, y con cada nuevo criminal que detienen siempre
gana más él que nadie, porque es el malo y en eso es muy bueno.
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